ARTE del VIDRIO "fusión de arena y fuego" (expresión de la creatividad) AC29



... introducción
(fusión de arena y fuego)


El vidrio es el material por excelencia que provee a los objetos de transparencia. El vidrio hace posible que veamos a través de una ventana, un ordenador, unas gafas, un microscopio o un simple vaso. Sin el vidrio, sin duda, el mundo sería muy diferente. El arte de soplar el vidrio, la prodigiosa habilidad y la destreza en trabajarlo, constituye uno de los más preciosos valores de nuestra multisecular tradición artística. Entre los descubrimientos debidos a la casualidad y que en el transcurso de las edades se han modificado por el esfuerzo inteligente del hombre, el descubrimiento del vidrio ocupa un lugar preeminente.

Según cuenta el historiador romano Plinio el Viejo en su Historia Natural, el alumbramiento de este material transparente aconteció en Siria cuando unos mercaderes fenicios de natrón, compuesto de sal natural, que preparaban su comida, al no encontrar piedras donde colocar sus ollas al fuego, echaron parte del natrón que portaban. Al día siguiente, vieron como las piedras de natrón se habían fundido y su reacción con la arena había producido un material brillante. Así se descubrió su fabricación : "por casualidad" al observar como en el interior de las piedras de natrón se formaba una capa que posteriormente sería lo que denominamos el vidrio.


A partir de entonces los fenicios, pueblo comerciante donde los haya, trasladaron este descubrimiento a toda la cuenca del Mediterráneo, aunque realmente fueron los egipcios del período predinástico los primeros en fabricar el vidrio en forma de esmaltes vitrificados, la fayenza. Para los egipcios el vidrio tenía un uso puramente decorativo: se coloreaba el objeto traslúcido para imitar la textura de los metales preciosos como el lapislázuli. Los bajos relieves pintados en las tumbas de Beni-Hassan el Gadin, (3.500 años antes de J.C.), demuestran que en Egipto se practicaba la técnica del soplado. También era conocido el modelado pasta vitrea por el grano del collar encontrado en Tebas perteneciente a Hatasú, de la XXIII dinastía. Ramses II el Grande, (el Sesostris de los griegos) era poseedor, según el egiptólogo Maspero, de un cetro de vidrio verde, imitando la esmeralda. Gesparch, asegura que la momia de este monarca fue extraida de un sarcógago de vidrio en 1886, lo que significaría una perfección insospechada en aquellos vidrieros. Los egipcios aprendieron a dorar el vidrio fabricando piezas con figuras pintadas en colores que cambiaban de tono según el punto desde donde se les miraba y también recubrían ciertos jeroglíficos con una ligera capa de vidrio.


Acercándonos a nuestros días, se ha hallado en Grecia, posiblemente de procedencia Egipcia, rastro de vidrieras y a pesar de no alcanzar la perfección egipcia, ni la de su sucesora romana, a ella se deben las primeras muestras de vidrio opaco que denominaban piedra fusible.

Cuando Egipto se convirtió en provincia del Imperio Romano, pagó gran parte de su tributo en objetos de vidrio y en mano de obra, pues sus mejores artesanos emigraron a Roma. Con la difusión del lujo y del refinamiento en las austeras casas romanas, los patricios revistieron las paredes de sus mansiones con resplandecientes planchas de vidrio. Parece extraño que, no obstante usar el vidrio para tan diversos fines, no se les haya ocurrido aplicarlo en las ventanas. Hasta en las casas más lujosas las ventanas eran simples agujeros con placas fijas de alabastro translúcido o amplias aberturas que se cerraban con tablas. A medida que los romanos conquistaban nuevos pueblos iban propagando la industria del vidrio, considerado únicamente objeto de lujo. Se establecieron fábricas en la península ibérica, en las Galias, Bretaña y en las provincias del Rhin.

Con la caída del Imperio Romano en el siglo v, esta industria se desplazó a Oriente. Bizancio tuvo el predominio en la fabricación del vidrio hasta los albores del medioevo. Siria se consolidó en el floreciente comercio y es muy probable que los venecianos, aquellos geniales e intrépidos navegantes, aprendieran de los sirios el secreto de la difícil elaboración. Pero la transparencia del vidrio se impuso siglos después con la introducción por parte de los romanos del soplado que hizo posible su producción a gran escala. Durnate el Imperio Romano se desarrollaron la mayor parte de las técnicas decorativas sobre vidrio que conocemos hoy en día.

En Italia es donde más brilla la industria vidriera. A sus artistas venecianos se debe la mayor parte del renombre que alcanzó esta profesión, elevada a nobleza por varios monarcas y considerada por la República de los Dux como uno de los mas firmes puntales de su poder industrial. Los gobernantes italianos, dictaron disposiciones para evitar que los secretos de fabricación, transmitidos de padres a hijos, salieran de sus límites. En 1289, el Gran Consejo dictó una orden por la que se confinaba a vidrieros, con sus fábricas y familias a la Isla de Murano. A partir de 1318 fueron clasificados en categorias y cada uno tenía sus leyes especiales, colmando a aquellos industriales con títulos, honores y derechos que podían gozar en la isla pero no salir de ella.

Como es bien sabido, la Edad Media supuso un oscurecimiento general en la vida de Europa y el vidrio no fue ajeno a ello. Su textura adquirió una coloración verdosa, resultado de su fabricación con plantas marinas traídas del Mediterráneo y la técnica de los romanos apenas varió en siglos.

No fue hasta el desarrollo del cristal más famoso del mundo, el cristal de Venecia, en pleno Renacimiento. Gracias a su excelente calidad, su fragilidad característica y su incorruptible transparencia, el cristallo veneciano, cuya producción se concentraba en la isla Murano, dominó el mercado hasta bien entrado el siglo XVIII. Fue entonces cuando el vidrio vivió una segunda juventud con el descubrimiento en Alemania de nuevas técnicas para tratar este material. Precisamente una región del Imperio Alemán en concreto, Bohemia (en la actual República Checa), se ha convertido desde entonces en signo de distinción en materia vidria y ejemplo de refinamiento traslúcido.


Hoy en día el vidrio nos acompaña en todo momento y sus múltiples usos lo han convertido en un objeto cotidiano infravalorado (si obviamos el raro fenómeno Swarovski). Ha pasado de ser un objeto de lujo emparentado con las piedras preciosas a mero recipiente donde sorber agua. Pero al fin y al cabo, el cristal no deja de ser una extraña aleación de arena, sal y fuego, con un resultado aún más incoherente: la transparencia

Además, es importante conocer la diferencia entre "vidrio y cristal", ya que con el nombre de cristal (krystallos), los griegos designaban al cuarzo. Con el mismo nombre se indicaba, en el período del Renacimiento el cristal de roca, una variedad de cuarzo que era trabajada como piedra preciosa. En la actualidad, el "cristal" se utiliza para indicar el tipo de vidrio que tiene un gran brillo, un alto grado de refracción y una absoluta ausencia de coloración. Estas características son debidas a la particular pureza de las materias primas y, más que nada, a la presencia de óxido de plomo. Con el nombre de cristal se indican también. impropiamente, las láminas de vidrio de espejos y de vitrinas. Éstas no son láminas de vidrie común, aunque requieren, sin embargo, un proceso de elaboración más complicado.

En efecto: el vidrio que debe volverse cristal debe ser molido y pulido. Ambas operaciones se realizan mediante cilindros que giran sobre las mismas láminas. En el molido, se coloca entre los cilindros y las láminas arena cuarzosa, que elimina las ondulaciones de la lámina volviéndola perfectamente lisa. En el pulido se usan cilindros revestidos de fieltro, que realizan esa acción de pulimento logrando brillo en la superficie. Existe también la denominación “medio cristal”, que indica las láminas pulidas en una sola cara. Gracias a los adelantos técnicos, poco a poco el vidrio dejó de ser un lujo. A fines del siglo XIX la industria del vidrio comenzó a mecanizarse (ya en 1876 el norteamericano Weber ideaba una máquina para la producción semiautomática de botellas), y desde entonces el maravilloso material se difundió cada vez más en el mundo.



Los artesanos, siguen utilizando fundamentalmente la técnica del "soplado" para poder moldear el vidrio enfriándolo previamente con mucho cuidado y así que no resulte quebradizo, ni que pierda la transparencia, intentando evitar que no se creen tensiones en su interior. Por eso se lo somete a un procedimiento llamado recocido, en el que las piezas se calientan otra vez y se dejan enfriar lentamente en hornos especiales. Variando los ingredientes de la mezcla se obtienen distintos tipos de vidrio. Cuando deben tallarse, se trazan dibujos sobre la superficie mediante discos abrasivos, pero lo más habitual para crear obras de arte se utiliza el "arte del soplado", de difícil ejecución. Para trabajarlo con esta técnica, el artesano o artista toma una cantidad de vidrio en fusión por el extremo de un tubo y sopla por él. Se forma una burbuja a la que va dando forma mediante herramientas especiales, moviéndola o haciéndola rodar sobre una mesa metálica. Este sistema se usa hoy sólo para fabricar objetos especiales a los que no pueden aplicarse los métodos de producción en masa.



Sin embargo, el arte en vidrio en los siglos XX y XXI se está haciendo un hueco, siendo parte de la modernidad y la evolución de este material tan espectacular. De hecho el término "arte de vidrio" se usa generalmente ahora para referirse a los trabajos de "arte moderno", normalmente son creaciones únicas, total o principalmente realizadas en vidrio. Se distingue del "vidrio soplado" en que este arte comprende piezas más pequeñas o de las cuales se hacen unidades en masa para su venta. En la decoración artística también se utiliza este material tan espectacular,  para conseguir "vitrales", que son paneles de vidrio decorados producidos de manera individual para uso interior, ya sea en hoteles, cruceros, restaurantes o bares nocturnos. Las técnicas de decoración utilizadas pueden incluir tallado, grabado y serigrafiado.



El arte de vidrio está más dirigido para ser exhibido en espacios públicos que en hogares y con su creación se consigue obras "únicas",  a cuyos artistas se le consideran hoy en día como "escultores del vidrio".

Por tanto, las esculturas de vidrio son estatuas o monumentos singulares de vidrio, tales como los de "Livio Seguso" y la asociación de" Stanislav Libenský y Jaroslava Brychtová", que sus obras son consideradas mundialmente como "arte del vidrio".

Nuevamente se consiguen piezas únicas, cuyo diseño es tan "avant-garde "que se pueden considerar completamente como "objetos de arte", mientras que el hecho de que sean de vidrio, este material tan unido a la construcción, es una consideración secundaria.

Un buen ejemplo de ello es el "Object" que "René Roubícek" produjo en 1960, el cual es una pieza soplada y trabajada en caliente de 52.2 cm. que se exhibió en la exposición "Diseño en la era de la adversidad" en el 2005 en el Museo Corning de Vidrio (Corning Museum of Glass).

Otra técnica novedosa del técnica del arte del vidrio es la denominada "vidrio tejido" que desarrolló hace nada, en el año 2006, por la artista-escultura del vidrio "Carol Milne".

El vidrio tejido incorpora técnicas de fundido, vaciado, tejido de punto y moldeado. Esto no quedará aquí, ya que el arte siempre busca un lugar en la vanguardia. Esperemos nuevos retos, creando belleza de las manos, técnicas y mentes de estos artistas del vidrio.






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